Simón, José Luis

En sus propias palabras: Los territorios recorridos, desde una aparente racionalidad, estructuran los trabajos sucesivos que van permitiendo el progresivo cuestionamiento de cada uno de los hallazgos. Poco a poco se va fijando un lenguaje más desprovisto de ligaduras conceptuales y racionales. Es la necesidad de que la pintura me lleve por senderos de libertad. Hay un sentimiento de atracción por el misterio permanente de la existencia. Y también un gran interés por la búsqueda de la luz, que a veces me permite atisbar una verdad intuida, a modo de tímida llamada, que produce inquietud pero que no es fácil abandonar. Emoción ante los hallazgos, pero también la duda permanente. Ambos sentimientos me acompañan en la perseverante dedicación para militar en esto de la pintura. Se mantiene, eso sí, la honda percepción inicial de pertenencia a la Tierra, madre y origen, y también soporte necesario, suministrador de los resortes para el logro de los deseados equilibrios al encuentro de la serenidad. Es un camino de aprendizaje confortador y transitable, y de trabajo apasionado que no elude el componente dramático que se desarrolla siempre sobre el soporte pictórico. Es en esta andadura en la que me siento plenamente comprometido.

Y según Alfonso de la Torre: (…) iniciaría en los años ochenta un camino que le conduciría hacia un medido abandono de las formas, adquiriendo su pintura un vago aspecto representativo, a veces pareciere contagiado por el aire multicolor que fuere enseña de esa década. Algunos de los cuadros de esa época mencionarán algo que llegará hasta nuestros días: su pasión por el duplo o por su representación, su querencia por incluir en su pintura el doble, el personaje enfrentado al otro en un cierto sobrevuelo de la sombra.

Año: Madrid, 1946

Documentación sobre el artista en CIDA: Consulta

Página personal:  Página web